Por muchas razones:
Porque limpia el motor: los lubricantes Shell están diseñados para eliminar la suciedad, las partículas y los depósitos de los componentes del motor y para impedir que se formen obstrucciones en importantes conductos del aceite. Hasta que la suciedad se elimine en el siguiente cambio, el aceite ayuda a bloquearla y a impedir que cause daños.
Porque reduce la fricción y minimiza el desgaste: los lubricantes Shell forman una película protectora sobre los componentes del motor y contienen aditivos especiales que actúan entre las superficies móviles para impedir su contacto y reducir el rozamiento. Esto contribuye a que el motor funcione de manera silenciosa y eficaz, tal como pretendían sus diseñadores.
Porque disipa el calor: los lubricantes Shell alejan el calor de las zonas calientes, como en los aros de los pistones, donde se pueden alcanzar hasta los 320 °C, y lo redistribuyen por el motor.
Porque previene la corrosión y el óxido: con los lubricantes Shell los componentes del motor que más trabajan están más protegidos contra la corrosión, incluso superado el intervalo normal de cambio de aceite. Según se ha comprobado con estudios comparativos, los lubricantes Shell ofrecen la mejor protección de su clase y ayudan a alargar la vida útil del motor y a evitar reparaciones costosas.